Ab, Bb, Cm, Eb, F, Fm, Gm
El sonido del silencio, el que no quiero escuchar Es aquella noche fría la que quiero evitar
El sentirme descubierto cuando el sol me quemará
¿Para qué seguir riendo cuando siento que no estás?
¿Para qué quiero los mares si mi barco se hundirá?
¿Para qué seguir viviendo si a lo lejos tú estás?
Que las fuerzas de mi ego también están por comenzar
Fue otro día en silencio el que acaba de pasar
Pasa y pasan los minutos en mi oscura soledad
Soledad que se alimenta del silencio de tu boca
Esa boca que sonríe pronunciando así mi nombre
Aquel nombre que me diste diciendo que si mi amor
Es mi amor que en ti espera y que siempre esperará
Es tu amor que me condena a esta eterna libertad
Y aunque pasen mil silencios
Pronto sé que me hablarás
Pronto sé que me hablarás
Mira mamá
El sonido del silencio donde sé que escucharás
El susurro de mi canto y el grito de mi llamar
el llamado de mi alma pidiendo tu libertad yo quiero seguir riendo aunque el llanto aquí está
aunque el barco se me hunda sé que yo podré nadar la corriente de este río a tu amor me llevará
tú eres mi fortaleza mi escudo y mi lanza eres todo lo que tengo cuando siento que no estás
eres tú mi compañía en esta oscura soledad, soledad que se alimenta del silencio de tu boca,
de esa boca que sonríe, pronunciando así mi nombre, aquel nombre que me diste diciendo que
si mi amor, es mi amor que en ti espera y que siempre esperará, es tu amor que me condena
muestrarte una libertad, y aunque pasen mil silencios, pronto sé que me ahogarás, pronto
sé que me ahogarás.
Vuelve, vuelve el momento
De escucharte en tu silencio
Vuelve el momento
de escucharte en tu silencio
soledad que se alimenta del silencio de tu boca
esa boca que sonríe pronunciando así mi nombre
aquel nombre que me diste diciendo que si mi amor
es mi amor que en ti espera y que siempre esperará
Es tu amor que me condena a esta eterna libertad
Y aunque pasen mil silencios
Pronto sé que me hablarás
Pronto sé que me hablarás
De tu amor
Háblame Señor
¡Háblame Jesús!
¡Háblanos Jesús!
¡Háblanos Jesús!