Kjarkas
A, Am, B, C, D, Em, G
Ayer planté un arbolito, al borde de mi destino, con el tiempo luminoso, era feliz y crecía.
Pero un día muy oscuro, yo veía que sus hojas doradas se marchitaban, doradas se marchitaban.
Un mundo de eterno sueño en nada se convertía
Pasaba el tiempo muy frágil, las noches y las mañanas
No era feliz con la brisa que acariciaba sus hojas
Todo parecía muy triste, el árbol se me moría
Ese arbolito querido, el que guardaba mis sueños, ahora refleja mi vida, son extraños los misterios.